martes, 8 de diciembre de 2015

Caracas en 100 palabras: Cumbre guerrera

Llegó la adolescencia para Juancho y con ella, muchas preguntas. Cerca de la Cota Mil el clima es perfecto, frente al imponente Guaraira purificador del aire. Una tarde patinetera, al final de la vereda, quiso preguntarle a María de la esquina, por qué Caracas. La vieja sonrió, y con la mirada aguarapada y guerrera de india, le dijo al muchacho que esa palabra era grande, que significaba rechazo a la espada extranjera, sucursal del Edén y paraíso asediado, tierra rica acosada por serpientes. Él la miró con desconcierto y ella soltó: lee la historia y aprende a caminar.

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lunes, 7 de diciembre de 2015

Caracas en 100 palabras: Amor complejo

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¿Sí eso te molesta tanto, por qué no la dejas?, preguntó al notar lo alterado que estaba su amigo. Le había contado lo extraña que era. Su cuerpo, era como un fresco jardín, un cielo rozado por las colinas de su tosca feminidad. Cuando llegaba del trabajo era insoportable, sus palabras se tornaban escándalo y hasta su sonrisa dibujaba hostilidad. Su desorden, cínico, la abandonaba solo después del baño, y solo entonces recibía sus labios carnosos, su nobleza guerrera, su calor inagotable. Era mi protectora, mi mujer, mi amante salvaje, una virgen piadosa; así es Caracas, y la amo.

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sábado, 28 de noviembre de 2015

Caracas en 100 palabras: Despertar

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Cuando despertó, la taza de Nescafé y la bola de Pepsi ya no estaban ahí. La fuente parecía un inagotable manantial de vida y el Abra Solar brillaba y giraba con la brisa de enero. Creyó que era un sueño, que su despertar había sido un falso despertar, pero levantó la mirada y vio el majestuoso Waraira, imponente y verde, con su cruz y su magia vigilante, y volvió a dormirse. Abre los ojos otra vez y ve el casco histórico lleno de teatros, librerías y bares. Las campanas doblaron y se dijo: me voy a la calle.

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jueves, 26 de noviembre de 2015

Caracas en 100 palabras: Rafa del Valle

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Rafa del Valle había sido galán y también malandro. Prefirió siempre el puñal a la pistola, tocaba boleros con su guitarra y decía que Caracas era una ciudad con doble personalidad. Cada viernes se iba descalzo hasta Chacaito, fumando su tabaco, entre flores de indolencia y esperando la noche. Allí encontraba una Paz sin sentido, sentado en un banco. Yuruani ya está grande, y siempre recuerda cuando su papa llegaba borracho, golpeado en nuevo combate. Le gustaba resistir, perdurar. Yuruani viene con sus amigas por el ancho bulevar, y lo recuerda con amor.

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miércoles, 25 de noviembre de 2015

Caracas en 100 palabras: Ciudad de fuegos raudos

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Mientras ella lo hacía yo miraba fijamente por la ventana. Las luces de los motorizados, raudas, podían develar mi silueta a todo transeúnte curioso o cualquier agente de la moral pública. La noche había llegado, endureciendo el anonimato del vehículo, uno en un millón en esta ciudad pistón. Se había esmerado, es verdad; me costaba entender a esa india con nalgas de negra. En los chocolates o en los yogures, más tarde, su sonrisa se hizo delicada, toda elegancia. Eran los nuevos aires del centro, nueva pubertad y un señor emblemático bailando la salsa.

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viernes, 13 de noviembre de 2015

Roberto Malaver: El rezo de John Kelly

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Cinthya Machado Zuloaga tiene declaraciones de prensa y en vivo de la gente de la oposición. Ahora está haciendo un estudio acerca de las contradicciones: “Pareciera que esta gente nació para contradecirse”. Así dice y muestra las declaraciones de varios de esos líderes que no nombro porque estoy seguro de que nadie los conoce. Y sigue: “Antes decían que el cierre de la frontera era porque el presidente Maduro quería suspender las elecciones. Y así se mantuvieron por un tiempo. Ahora tienen miedo de que haya elecciones porque saben que están derrotados”.

El mesonero llega y dice: “Su majestad, aquí tiene su botellita de Agua Evian”. Luego me ve y dice: “Marginal con suerte, aquí tiene su café negro”. Y se marcha de espaldas para seguir adorando a Cinthya.

Y ella continúa con la palabra: “Pero es del rezo de John Kelly que quiero hablarte. Uno no se explica cómo la Conferencia Episcopal Venezolana, que dio unas declaraciones pidiendo que las elecciones fueran más vigiladas por organismos internacionales, no nombró a John Kelly miembro honorario de esa conferencia, sobre todo porque ese hombre nos dedica 40 segundos diarios de rezos, que parece poco, pero para un hombre como ese que se la pasa al frente del Comando Sur de Estados Unidos, es decir, aquí cerquita, pendiente de nosotros, por si acaso vivimos una crisis humanitaria. Yo, desde aquí, le propongo al cardenal Urosa que le dedique también una oración a ese hombre”.

Después dice: “Parece mentira, pero el rezo que mete más miedo en este momento, es el rezo de John Kelly, porque después de ese rezo puede venir lo que Obama llama un bombardeo humanitario. Sin embargo lo que vino fue una violación del espacio aéreo por parte de un avión de Estados Unidos. Y justo ese día había un simulacro de los chavistas para ver si cumplían con el 1 x 10, y estaban esos chavistas como para agarrarlos mansitos, votando”.

Toma un poco de agua y, como siempre, parece un anuncio comercial cuando levanta la mano. Y sigue comentando: “Ahora mi padre, cuando se va a dormir, se detiene antes de entrar a su cuarto, y viendo hacia el techo de la casa, dice, para que lo escuchemos todos: ‘Ruega por nosotros, Kelly, ruega por nosotros’”.

@RobertoMalaver / ÚN

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sábado, 3 de octubre de 2015

Daniela Saidman: El Chino nos convoca a ser mejores

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La obra poética de este escritor trujillano da testimonio de la coherencia ideológica y vital de un hombre que supo del compromiso y la entrega con lo más libre y justo que habita a los hombres.

 Aún debe andar preguntándose cómo camina una mujer después de haber hecho el amor. Y con esa interrogante amanecemos de bala, como él, pero también de nubes y de sueños. Víctor Valera Mora, el Chino, nació en Trujillo el 25 de septiembre de 1935. De su infancia se sabe poco. Pero no es difícil imaginarlo contemplando el cielo y volando papagayos, corriendo libre a través del verdor, conmoviéndose con el color y el tacto de las flores, tal vez de allí le vienen el sentir de las gentes y sus llantos, sus risas y esperanzas.

Estudió el bachillerato en San Juan de los Morros, en el estado Guárico, y cuentan que precisamente en esos años empezó a delinear sus versos mientras leía poesía de los llanos venezolanos, escuchaba galerones y conocía poetas allende el mar.

En Caracas estudió sociología en la Universidad Central de Venezuela. Trabajó en la Universidad de Los Andes, en el antiguo Conac y en la biblioteca ambulante de los Ovalles,  conocida como La gran papelería del mundo.

De la poesía que sabe decirnos

Fue miembro del Partido Comunista cuando aún no cumplía veinte años y por rebelde fue encarcelado a finales de 1957, durante las manifestaciones contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Durante esos años el Chino fue un desenfrenado lector. En los años siguientes Venezuela vivió tiempos turbulentos, signados por la violencia ejercida desde el Estado. Levantamientos militares e insurrecciones estudiantiles y políticas, marcadas en la memoria por el Carupanazo y el Porteñazo.

La poesía del Chino siempre llevó en sus alforjas el sabor y el canto del Pueblo, por eso supo hacer nacer los versos que cantando y diciendo nos encuentran.

Acompañado de los escritores Luis Camilo Guevara, Mario Abreu, Pepe Barroeta y Caupolicán Ovalles, entre otros, Valera Mora fue miembro destacado de la Pandilla de Lautréamont, un grupo que proclamaba la necesidad de la poesía para todos.

En 1961 publicó La canción del soldado justo, un trabajo poético que enarboló las esperanzas y sueños revolucionarios de esa década. Luego, vinieron Amanecí de bala (1971) y Con un pie en el estribo (1972). Precisamente por su segundo libro fue catalogado de subversivo por un general de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM). El Chino no esperó la condena, ni la desaparición forzosa. Partió rumbo a Roma gracias a una beca. En la capital italiana escribió sus 70 poemas estalinistas, el último de sus libros publicado en vida, que le valió un premio en 1980.

El Chino Valera falleció el 30 de abril de 1984. Dicen que fue un mediodía acostado en su cama cuando le falló el corazón. Lo enterraron un 1 de mayo, como celebrando un oficio que con versos supo edificar la vida. Luego de su muerte fue editado el libro Del ridículo arte de componer poesía, donde se recoge su producción poética entre 1979 y 1984.

El Chino en versos

Probablemente no haya un poeta tan coherente entre sus versos y pensares. Vivió con la plenitud de los quijotes, sabiendo cómo se conquista el viento. El Chino fue de la generación de los 60, de esa que encontró al país entre los que se animaron a conquistar el cielo y los que se doblegaron. Él siempre supo estar del lado de la orilla en la que viven los que sueñan el mundo y se juegan la vida y como él, también la palabra.

Todo en su poesía tiene de amor, de tacto, de lucha y entrega. Aunque quisieron silenciarlo sus versos siguen incendiando la calma, son llama viva que ilumina el futuro que aún está por venir.

Earle Herrera, ese otro poeta y periodista, dice en el prólogo de la edición de Obras completas de Víctor Valera Mora, publicado por el Fondo Editorial Fundarte, en tercera edición en 2012, que “no hay artificio, no hay postura, no hay acomodo a una época o a una moda. El lector sabe y siente que lo que escribe el poeta, le sale de adentro, de lo más hondo”. Y esa hondura de la palabra del Chino Valera Mora, esa hechura humana capaz de trascender el papel, esa poética del compromiso que también sabe reír, es la que nos convoca siempre a ser mejores.

Tiempo de perros

VII

Por Víctor Valera Mora

“Os doy mi voz erguida

mi sangre de regreso hacia tu edad primera.

Juventud siempre antigua, recomenzada toda,

agonía, irreductible fusil de barricada.

El tiempo pide corazones enarbolados.

¡Uníos! ¡Uníos, fuertes picapedreros!

Implacable tormenta de puños

y metálicas lunas sea la marcha,

porque esta tierra es un río de rodillas,

hay que levantarlo.

Y yo, os aseguro,

la muerte de los lobos será de madrugada”.

(Del libro Canción del Soldado Justo. 1961)



Nuestro oficio (fragmento)

Por Víctor Valera Mora

“Podemos caer abatidos

por las balas más crueles

y siempre tenemos sucesor:

el niño que estremece las hambres consteladas

agitando feroz su primer verso.

O el otro, el de la disyuntiva,

que no sabe si hacerse flechero de nubes

o escudero del viento.

Jamás la canción tuvo punto final.

Siempre deja una brecha, una rendija,

algo así, como un hilito que sale,

donde el poema venidero pueda

ir halando, ir halando, ir halando,

halando hasta el mañana.

Nosotros los poetas del pueblo,

cantamos por mil años y más...”.

(Del poemario Canción del soldado justo. 1961)

dsaidman@gmail.com

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viernes, 4 de septiembre de 2015

Así fueron las últimas horas de Gustavo Cerati en Caracas, antes del ACV

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El pasado Agosto, en días previos al aniversairo del nacimiento de Gustavo Cerati, el diario porteño El Clarín publicó un fragmento de la biografía realizada sobre el famoso rockero por el periodista Juan Morris, en donde se recrean las horas previas al accidente cerebrovascular que sufriría el cantautor, después del extraordinario concierto realizado en el campus de la Universidad Simón Bolivar, en Caracas, el 15 de mayo de 2010.

El trabajo de Morris se titula "Cerati: La Biografía", y salió a la luz el pasado 11 de agosto, en el aniversario 56 del ex líder de Soda Stereo

Adrián Taverna, sonidista quien fuera amigo cercano de Cerati, fue quien brindó el testimonio de lo sucedido esa noche a Morris.

A continuación, el relato de Taverna reflejado en la biografía:

"Media hora antes había terminado el último show del tour de Fuerza natural por Latinoamérica y Estados Unidos. Gustavo estaba contento y agotado, empezando a relajarse después de un mes y medio de aviones, hoteles, fiestas y conciertos. Había sido una de esas noches en las que todo salía bien: el campus de la Universidad Simón Bolívar de Caracas estaba lleno y la banda había sonado como un organismo vivo y poderoso. Después de comer con el resto del equipo en una de las carpas montadas detrás del escenario, el sonidista Adrián Taverna y el guitarrista Richard Coleman acababan de entrar a su camarín para charlar un rato. Eran sus más viejos amigos, se conocían desde comienzos de los ‘80, antes de que Soda Stereo grabara su primer disco. Cuando terminaban los conciertos, Taverna solía pasar un rato por su camarín para hablar sobre cómo había salido todo. Era una especie de ritual. (...)

Hacía calor. Era una noche espesa en Caracas. En el camarín había un espejo, luces ambientales, dos sillones blancos, unas sillas de plástico y una mesa con frutas, botellitas de agua y latas de cerveza. El lugar estaba en un pequeño valle rodeado de montañas. Durante el show, varias nubes habían invadido el escenario dejando a la banda a ciegas. (...)

Afuera del camarín general estaba lleno de gente y Taverna encontró al resto de la banda organizando la foto grupal que sacaban cuando terminaban algún tramo de la gira. Fernando Samalea, el baterista, estaba trepado a una silla de plástico, acomodando la cámara arriba de un mueble para que disparara en automático. Mientras se amontonaban según las indicaciones de Samalea, se dieron cuenta de que faltaba Gustavo y alguien le gritó que fuera, que sólo faltaba él.

Gustavo apareció a último momento y se paró atrás de Taverna. El primer disparo de la cámara salió sin flash, así que Samalea pidió que nadie se moviera y se volvió a subir a la silla para reprogramarla. Taverna se dio vuelta para decirle algo a Gustavo y lo vio pálido, con los ojos desorbitados.

–¿Te sentís bien? –le preguntó.

Gustavo abrió la boca para contestarle, pero no acertó a decirle nada. Fue como si los músculos de su mandíbula no encontraran las palabras. Entonces la cámara disparó su flash y todo el equipo quedó registrado en la última foto de la gira. A su alrededor el grupo se empezó dispersar y Gustavo caminó confundido hacia su camarín.

Mientras lo veía alejarse, Taverna le pidió a Bernaudo que lo acompañara a ver qué le pasaba. Cuando entraron, Gustavo estaba tirado en el sillón, con el saco a un costado, la camisa desabrochada y la boca entreabierta. Pensaron que tenía un pico de presión o que tal vez le había dado un infarto. Bernaudo corrió a buscar a los paramédicos y al ratito volvió con dos chicos que no tendrían más de viente años y que al ver a Gustavo Cerati descompensado no supieron qué hacer. Charly Michel, el kinesiólogo que viajaba con el equipo, revisó qué remedios tenían los paramédicos en sus bolsos y les pidió que fueran a buscar la camilla. Gustavo se podía mover pero estaba como abrumado, lento, y no podía hablar. (...)

Pasó casi una hora hasta que lograron desalojar completamente el lugar: no querían que la descompensación se convirtiera en noticia. Un rato más tarde, dentro de la ambulancia, mientras atravesaban los suburbios residenciales de Caracas a la medianoche, Gustavo todavía parecía estar experimentando cómo el software de su conciencia se enrarecía: estaba acostado en la camilla con los ojos abiertos pero con la mirada perdida.
Dejaron atrás una zona industrial con fábricas, concesionarias de autos y un bingo abandonado antes de llegar al Centro Médico Docente La Trinidad. Cuando bajaron la camilla en la entrada del sector de Emergencias, se encontraron con que los pasillos estaban a oscuras: se había cortado la luz. Mientras avanzaban se cruzaron con una enfermera que les dijo que el grupo electrógeno del hospital sólo funcionaba para la terapia intensiva y los quirófanos, así que volvieron a cargarlo en la ambulancia y lo llevaron hasta otro centro de estudios de la ciudad para que lo atendieran.

Una hora después, cuando terminaron de hacerle los exámenes, lo volvieron a trasladar a La Trinidad. Ya había vuelto la luz y lo dejaron unas horas en observación en la guardia, pero como no presentaba ninguna mejoría ni los médicos tenían un diagnóstico de su estado, a eso de las cuatro de la mañana lo alojaron en la suite presidencial del tercer piso y llamaron por teléfono a un cardiólogo, que les dijo que recién iba a poder ir a las diez. (...)

Al día siguiente, Gustavo se despertó en la clínica consciente pero confundido. El sueño no había tenido su efecto reparador y después de unas horas de inconsciencia se sintió, por primera vez, en un cuerpo que no le respondía del todo. No podía hablar y su costado derecho estaba entumecido, como si sus funciones cerebrales estuvieran replegándose de una parte de su cuerpo.

Cuando Taverna volvió a la clínica a media mañana, lo encontró acostado en la cama, agarrándose el brazo derecho y tocándolo con curiosidad y cierta desesperación.

–¿Cómo te sentís? –le preguntó.

Pero Gustavo no respondió. Se tocaba el brazo, lo agarraba y lo levantaba sin conseguir que se moviera. Un rato después se puso a golpear la baranda de la cama con la mano izquierda con un ritmo fastidiado, lleno de impotencia.

En un momento, se sentó en la cama y trató de levantarse, pero tenía varias cánulas conectadas, así que Taverna tuvo que ayudarlo a caminar esos dos metros hasta el baño. Cuando entró, se vio en el espejo, se quedó quieto y empezó a tocarse la cara, extrañado. Lo miró a Taverna a través del espejo y después volvió a mirarse.

La comisura derecha de la boca se le había dormido y le daba un rictus de rigidez al lado derecho de su rostro. Su cara ya no era del todo su cara.

Al mediodía una enfermera entró a la habitación con la bandeja del almuerzo. Taverna le dijo que no creía que Gustavo tuviera hambre, pero él le agarró el brazo fuerte dándole a entender que sí. Entonces, Taverna le pidió que la dejara sobre un mueble que había y agarró el control remoto de la cama para levantar el respaldo y que Gustavo quedara sentado. Mientras el respaldo subía, no pudo resistirse y se puso a jugar con los botones, volviéndole a bajar el torso y levantándole las piernas: fue la primera vez en el día que la cara de Gustavo adoptó un gesto parecido a una sonrisa. Finalmente Taverna lo dejó con el respaldo levantado y le acercó la bandeja. Cuando la apoyó sobre la cama, le sorprendió que sin tener todavía un diagnóstico sobre qué le pasaba a Gustavo le dieran un menú común de caldo de verdura, pollo con salsa, ensalada y banana frita.

Después de tomar la sopa muy despacio, Gustavo agarró el tenedor con la mano izquierda y trató de desmechar el pollo, pero sólo logró salpicar las sábanas con la salsa y desparramar la comida. Taverna lo ayudó a cortar y Gustavo comió con la voracidad de siempre. Su amigo pensó que tenía que ser una buena señal.(...)

A la hora del té Taverna le preguntó si tenía hambre y Gustavo movió la cabeza indicando que sí. Con Bernaudo, su asistente, trataron de averiguar qué quería comer. Como le gustaban las arepas, le preguntaron si quería una. Gustavo volvió a contestar que sí. Después le preguntaron si quería de carne, de queso o de pollo, pero ya la comunicación fue imposible. Bernaudo fue hasta un puesto y volvió con una de carne desmechada, una de queso y una reina pepeada, de pollo y palta. Sentado en el sillón, Gustavo se comió la de carne desmechada y media de queso. Cuando terminó, se acostó en la cama y le hizo una seña a Taverna para que prendiera la tele.

Taverna agarró el control remoto, prendió el televisor y empezó a hacer zapping hasta que Gustavo le sacó el control y se puso a pasar los canales sin detenerse en ninguno. —Pero pará en alguno —le dijo Taverna. Después de dar varias vueltas por la programación con el control remoto, que sí le respondía y con velocidad, dejó una película ya empezada. Era Dark City, un film noir de ciencia ficción en el que el protagonista es acusado de asesinato pero sufre de amnesia y no recuerda qué pasó, así que tiene que darse a la fuga para escapar de la policía y, sobre todo, ganar tiempo contra su memoria: su cerebro lo está traicionando. Mientras veían la película una enfermera entró a la habitación con la cena. Una bandeja con un plato de fideos, otra sopa, una papa hervida y gelatina. Esa noche se quedaron Charly Michel y la corista Anita Álvarez de Toledo, una de sus mejores amigas. Taverna regresó al hotel pensando que al día siguiente iban a volver a casa. (...)

La segunda noche en la clínica Gustavo también durmió poco y, a la mañana, cuando las enfermeras entraron a la habitación para controlar su estado, lo encontraron sacudiéndose y agarrándose la cabeza con su brazo izquierdo. Tenía los ojos apretados, como si estuviera sufriendo un dolor insoportable. Taverna llegó a la clínica cuando unos camilleros estaban sacando a Gustavo de la habitación para hacerle una tomografía y lo acompañó. En la sala, ayudó a levantarlo para acomodarlo en la camilla de plástico y le sacó una cadenita con un parlante que tenía en el cuello. Acostado en el tomógrafo, Gustavo se movía dolorido y los enfermeros le pedían: —Gustavo, quédate quieto, por favor, quédate quieto. Como no lograban que se calmara, le pidieron a Taverna que entrara y lo sostuviera.

—Ya está, Gus, ya termina —le dijo Taverna, pero Gustavo siguió moviéndose, hasta que en un momento pareció quedarse dormido. Después lo volvieron a acostar en la camilla y lo empujaron por los pasillos hacia otra sala para hacerle un centellograma. Cada tanto abría los ojos muy despacio y los volvía a cerrar. Cuando llegaron, la camilla no pasaba por la puerta y Taverna tuvo que cargarlo. —Agarrate —le dijo. Mientras lo levantaba, Gustavo tiró su brazo por atrás del hombro de su amigo. Taverna lo sentó en la máquina donde le iban a hacer el estudio. Tenía la mirada perdida y la boca entreabierta. Después del estudio lo volvió a cargar en la camilla, lo tapó con una frazada y los enfermeros lo llevaron al cuarto piso para hacerle otro análisis. Media hora más tarde lo dejaron en la habitación y decidieron avisarle a la familia. Gustavo había sufrido un ACV y su cerebro se había inflamado tanto que estaba haciendo presión contra el cráneo. Tenían que operarlo con urgencia."


ÚN

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martes, 25 de agosto de 2015

XXXVI Aniversario de Tablón

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Queremos dar Gracias a Dios, por la celebración de esta fecha tan especial.   Nuestro XXXVI Aniversario del Grupo de Teatro Tablón, también dar las gracias a todos los amigos.   ¡Qué bueno es tener todos los amigos del mundo!   Amigos que nos hemos encontrado por el camino de llevar Teatro a los Pueblos. Amigos con los que hemos compartido escenarios, festivales, encuentros, sueños, poesías, risas y aplausos. Amigos hermanos que se han ido en un viaje lejano hacia la eternidad y que sin embargo están cada vez más cerca de nuestros Corazones por Siempre.

A nuestros Condiscípulos de la Escuela de Teatro, que luego formaron parte de la Familia Tablón “Teatro a los Pueblos”.  A nuestra Amiga “Maestra de Maestros” Inés Laredo, ese árbol esplendoroso que a sus noventa y tres años todavía nos cubre con su sombra de Sabiduría.   Gracias a esos Pueblos  que nos han abierto sus puertas invitándonos a participar en sus Ferias Patronales, sus Fiestas Tradicionales y sus Manifestaciones Culturales.  Igual a los Parroquianos que desde sus enlosaos nos cuentan sus Históricas, Crónicas, Leyendas Urbanas que luego  se las representamos en Teatro Patrimonial. Gracias a los Pueblos del Sur del Lago donde representamos las Primeras Obras.

Al Programa Educativo-Comunitario (LUZ) con su Proyecto de Amor Social  Al Tradicional Pesebre Viviente que desde hace más de 20 años nos acompaña de Generación en Generación con los actores más pequeñitos interpretando el papel más grande el del Niño Jesús y el resto del elenco Angelitos, Querubines, Pastores, Reyes Magos, San José y la Virgen María. Gracias a todos los niños que por primera vez las Artes Escénicas, regalándonos sus sonrisas que nos han servido de alimento espiritual y nos dan  la fuerza necesaria para seguir adelante en estos tiempos de Baches e Incertidumbres.

Gracias mi Dios por permitirnos imitarte en tu Oficio de Creador, porque Tu nos creaste así,  Artistas, y nosotros queremos transformar la vida en una Obra d Arte, en esta entrega al servicio de la Humanidad, en esta nuestra del Amor más Grande porque esto es nuestro Oficio, pensar todo el tiempo en los demás, en cómo hacerlos reír, en cómo hacerlos reflexionar, concientizar pues creemos que si podemos cambiar para bien el argumento de una escena, porque  no intentemos  cambiar esta realidad por un mundo mejor, de bien común.  

Gracias a todos lo que han creído en este Sueño, a los Familiares, Compadres, Vecinos, Maestros, Técnicos, Payasos, Danzarines, Coreógrafos, Fotógrafos, Artesanos, Diseñadores, Modistas y Sastres, Gaiteros Actores, Actrices, Titiriteros, Animadores, Antropólogos, Museólogos, Compositores, Músicos, Poetas,  Decimitas, Magos, Cuenteros y.

Hoy los invitamos a un Compartir para que celebremos juntos en este Patio de Santa Lucia que juega a ser Escenario y que es un Punto de Encuentro esta casa de Arte para todos.

 TE ESPERAMOS

Fecha: Sábado 29 de agosto 2015.
Hora: 6:00  p.m.
Lugar: Teatro Tablón – Santa Lucia

TABLÓN

Juanita Inciarte
Directora General

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viernes, 21 de agosto de 2015

Futuro de la digitalización en el mundo editorial se abordará en conferencia en la Biblioteca Nacional

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Las publicaciones digitales afectan a todas las áreas de la sociedad vinculadas al libro: empresas, editoriales y bibliotecas

Este 24 de agosto, a las 10:00 am, en la Sala Amábilis Cordero, ubicada en el nivel AP-4 del Cuerpo de los Servicios de la Biblioteca Nacional, se dictará la conferencia Digitalización en el mundo editorial del Dr. Harald Henzler, conferencista invitado por la Biblioteca del Goethe-Institut, a través de la Oficina Cultural de la Embajada de Alemania acreditada en la República Bolivariana de Venezuela. 

En la conferencia se abordarán las siguientes temáticas: cómo las publicaciones digitales afectan a todas las áreas de la sociedad vinculadas al libro: empresas, editoriales y bibliotecas; cómo la digitalización incide en el comportamiento del usuario o cliente; y cómo las ofertas digitales se pueden vincular con las ofertas tradicionales, además de los desarrollos futuros de la digitalización.

El Dr. Henzler posee más de diez años de experiencia en el desarrollo de servicios digitales, bancos de datos, aplicaciones, portales y libros. En 2012, fundó Smart Digits GmbH, una empresa de asesoramiento sobre digitalización. En 2013, co-fundó Flipintu, plataforma de recomendaciones de lecturas para docentes, en el Área de Edición, de la Universidad de Múnich. Ha realizado capacitaciones sobre publicaciones digitales en los Institutos Goethe de India, Hungría y Brasil.

La invitación es para todos aquellos que laboran en los entes relacionados a la Plataforma del Libro, y al público interesado en conocer la digitalización del mundo editorial y sus proyecciones a futuro.

Prensa IABN

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domingo, 9 de agosto de 2015

Humberto Márquez: Literatura y periodismo 7... La República del Este

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Aunque la literatura y el periodismo se entrelazaban desde tiempos seculares, durante muchos años funcionaron separados, cada uno por su lado, por eso vale la pena recordar experiencias como la del bar La Cueva, en Barranquilla, donde se reunía García Márquez con sus amigotes costeños entre los cuales destacaba Álvaro Cepeda Samudio quien, a pesar de ser creativo de una empresa cervecera, siempre fue asiduo a la literatura. En La Cueva confluían periodistas y literatos, muchos de ellos fundidos en ambos oficios, como el propio Gabo, quien trabajaba en el periódico y ya había publicado cuentos en las páginas literarias. Mientras tanto, en Venezuela ocurrían movimientos parecidos: Sardio, El Techo de la Ballena, Tabla Redonda y otros, que luego de sus respectivas divisiones y/o separaciones confluyeron con la izquierda guerrillera derrotada de los años sesenta, en la calle Real de Sabana Grande y sus alrededores.

“El Vagavagar”, como decía Denzil Romero, comenzaba en el Gato Pescador de Cachi, un húngaro alcoholizado que preparaba un Gulasch delicioso, el Tic-Tac de Susi, una cariñosa alemana que nos alcahueteaba todo, el Chicken Bar BQ, La Vesubiana y El Viñedo, pero la parranda activa, donde el periodismo y la literatura pululaban por las mesas y subían como el humo de los cigarrillos, era en el Triángulo de Las Bermudas formado por El Franco’s, El Vecchio Mulino y El Camilo`s aunque, ciertamente, era un cuadrilátero, porque la Bajada era el llegadero después que cerraban los demás. De la vieja guardia Caupolicán Ovalles, presidente de la República del Este, Adriano González León, Salvador Garmendia, Orlando Araujo, Denzil, Ludovico Silva, Baica Dávalos, Ángel Eduardo Acevedo, El Chino Valera, Miyó Vestrini, Mary Ferrero, Daniel González “Papote”, William Osuna, Sael Ibáñez, Gabriel Jiménez Emán, Luis Sutherland y quién sabe cuántos he dejado en el olvido.

De la banda nuestra recuerdo, de los jóvenes, a mi compañero sempiterno Nelson Dávila, pero en lo que se refiere a nuestro tema recuerdo a Carlos Moros, un brillante periodista y escritor de cuentos que murió en plena cobertura de la explosión de Tacoa. Pero antes de que se acabe el espacio quería referirme a que allí convivieron el periodismo y la literatura como peces en el agua, la crónica diaria se ejercía en una literatura oral que muchos no recordaremos, pero que quedó eternizada en las miles de servilletas que se escribieron durante todas aquellas noches.

Allí todos nos caíamos a embuste y será por eso que Papote está armando el segundo congreso de los embusteros, a finales de noviembre. Pero ese tema quedará para una próxima entrega.

Ciudad Ccs

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sábado, 8 de agosto de 2015

Conversaron sobre historias de fantasmas en la Biblioteca Nacional

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En la sala de Libros Raros y Manuscritos
Los cuentos de fantasmas tienen que ver con la historia y con lo que somos


Ayer martes, en horas de la mañana, en la sala de Libros Raros y Manuscritos de la BN, se realizó Fantasmas, Muertos y Aparecidos de Caracas, conversatorio que contó con la participación de la psicóloga Alvarado Cabrera y la asistencia entusiasta de un público interesado en lo sobrenatural, en esa historia de Caracas que todavía está por escribirse.

Danaee Alvarado manifestó: “En psicología nos dicen que los fantasmas son experiencias que tienen que ver con alucinaciones y estados de la percepción alterados. Son vistas con recelo. Durante mi investigación, descubrí que son parte de mi historia, de lo que somos. Encontré mucha bibliografía dispersa; hay interesantes historias de fantasmas en Caracas”.

En aquella Caracas donde no había llegado la luz eléctrica, “era más sencillo que se camuflagearan los amantes furtivos con sus sábanas blancas dando miedo en la calle, de ahí la leyenda de la Sayona. Historias de amores clandestinos que se disfrazaron de cuentos de fantasmas. Sin embargo, sí hay fantasmas…”, dice riendo Alvarado.

Renny Rangel, administrador de la página digital La Caracas de Ayer, habló del Enano de la Catedral y del Carretón de la Trinidad, que venía desde el Hospital Vargas y atravesaba toda la zona, “en las noches de neblina dicen que se escuchaba un escándalo, con unas luces, pero que no se veían los caballos, sino un bulto con cachos, y olía a azufre”.

María de la Luz Mendoza, jefa de División de la BN, acotó: “Efectivamente en el Foro Libertador hay presencias fantasmales. A mí me tocó trabajar en la casita de Santaella, actual casa de Teresa de la Parra. Arriba hay unos baños hermosos con aljibes. En la hora del almuerzo, escuchábamos clarito el agua que caía de alguien que se bañaba; y quien cuidaba la casa, decía ver a una dama que bajaba la escalera, pero no se veían sus pies”.

Alimentados por la angustia que genera la expectativa de escuchar un verdadero cuento de fantasmas, la audiencia decidió poner las sillas en círculo, y Manuel Decam, investigador,  contó dos historias que sucedieron en 2010 luego de la inundación del sótano 4.

“Un colega trabajador, me contó que estando de guardia, bajó a las 11:00 pm al cajero que estaba en el AP-1, y sorprendentemente se detuvo el ascensor en AP-2, e ingresó una monja, -en la mente de este señor no hay pensamiento de fantasmas, sencillamente le pareció extraño- al llegar al AP-1 se bajó del ascensor y no supo más de ella”, dijo Decam.

Y la otra historia, continuó: “Uno de los choferes de VIVE, a eso de las 10:30 pm, subió  a a  la cocina, y vio a una señora vestida de blanco que se paseaba por las oficinas. Le extrañó, avisó a la Oficina de Seguridad para que revisaran las cámaras pero no la encontraron; a su regreso, la vio ir hacia la fachada principal, avisó, no la consiguieron…”

Fueron tantas las historias que se acordó hacer un segundo encuentro este jueves 6 a las 2:00pm, en la sala de Libros Raros y Manuscritos.

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Texto: Manuela Montilla / Fotos: Ronald Montaño
Prensa IABN

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domingo, 2 de agosto de 2015

Miguel A. Jaimes: Medidas

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La Mucuy

            Las libras eran las medidas de los abuelos. Así como los quintales, las fanegas y las arrobas. En las casas de ambientadas bodeguitas se hablaba a diario de aquellas medidas poco usuales ahora para muchos de nosotros, quienes hasta el peso de los sueños logramos perder.

            Don Nencho fue un guía; pesaba las cosas que compraba con el tanteo de sus dedos; también hacía favores a inoportunos compradores quienes ganaban cualquiera de las cosas ofrecidas por los caminos. Sostenía la fuerza de los pesados fardos diciéndoles: “Esto es tanto, su peso es tal”. Así todos se acostumbraron a usar medidas que sentían colgadas en sus brazos. Hombres, mujeres y niños por igual.

            Hasta para caminar sabían la distancia por lo duro de sus pasos, fuerza, subidas y bajadas. Indivisos caminos estaban inundados de tierras, barros y muchas piedras e inmensas rocas.

            Recorridos diarios por leguas de caminos. Una legua representaba 5.572,70 metros y también se medía por lo que un hombre caminando o montado sobre un caballo podían andar en una hora.

            Una fanega equivalía a 50 kilos; sobre todo eran destinadas para el peso del maíz blanquito o el amarillo que para los años de 1940 tenían un costo de apenitas —decían los viejos— diez bolívares.

            Una libra eran 450 gramos y la misma era utilizada para comprar una mantequilla criolla medio blanquita que venía envuelta en hojas de frailejón. Se colocaba a hervir leche, había que esperar a que soltara el hervor; después se colocaba de un día para otro en lo alto, pero primero se le sacaba la crema, la cual se batía muchísimo hasta que salía la mantequilla en ramas.

            También estaban los fardos de paja, normalmente de dimensiones de medio por un metro de 18 kilitos. Algunas cosas venían envueltas en ese papel grueso conocido como paca.

            Una cuenta de pan eran cien unidades de bolitas dulces. Banquete o francés se pedía para los funerales. Una gruesa eran doce docenas, ciento cuarenta y cuatro unidades. Una arroba once kilos y medio, veinticinco libras. Una terca cuatrocientos gramos. La pinta un poquito más de medio litro y la milla 1.609 metros.

Dr. Miguel A. Jaimes N.
www.geopoliticapetrolera.com.ve
lamucuyandina@gmail.com
@migueljaimes2
Skipe: migueljaimes70

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domingo, 26 de julio de 2015

Laura Antillano: leer el país

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Con el lema “Leer el país” se lanza este año la Feria del Libro de Caracas, organizada y promovida por Fundarte, entidad cultural de la Alcaldía de Libertador.

Los homenajeados este año serán César Rengifo y Juan Liscano, dramaturgo y artista plástico el primero, poeta e investigador cultural el segundo, ambos ampliamente conocidos en la historia del país correspondiente al siglo XX, y de ambos se cumplen 100 años de su nacimiento. Bajo su ala se llevarán a cabo una serie de actividades que, como de costumbre, incluyen todo tipo de público, o mejor dicho, público de muchas edades y estratos, interesados en la trama cultural.

Uno de los asuntos más llamativos es el del recorrido por las revistas culturales que han hecho historia en Venezuela (sobre todo las del interior del país), y que es programado por el equipo del poeta Freddy Ñáñez, del editor Kelvin Malavé, y de todos sus seguidores, incluido el escritor Antonio Trujillo, director de la Revista Nacional de Cultura, quien lleva la batuta en estas invenciones.

La idea del enunciado “Leer el país” revisa la posibilidad de escoger autores de cada región acerca de los cuales se hablará recordando sus obras y tomándolas como paradigmas de los lugares desde donde escribieron: Andrés Bello en Caracas, Ramos Sucre y Andrés Eloy Blanco en Cumaná, Gustavo Pereira en Oriente, José Rafael Pocaterra en Carabobo o Ana Enriqueta Terán en Trujillo. Gente de todo el país se moviliza a la Feria para ese recuento en homenaje, lo cual implica una lectura desde la escritura de quienes han establecido un nexo real con sus espacios territoriales nativos.

Entre las novedades en esta Feria hay dos piezas de César Rengifo: Volcanes sobre el Mapocho y Una medalla para las conejitas; de Luis Britto García, Me río del mundo; y por supuesto veremos los libros ganadores del Premio Nacional de Literatura Stefania Mosca 2014, como es costumbre en ese certamen.

La verdad, nos entusiasma saber de 100 editoriales que expondrán su producción en el parque Los Caobos y todo lo que conlleva la Feria, donde la música y los eventos escénicos sirven de marco para foros y encuentros de diálogo sano sobre asuntos que nos interesan.

Siempre hay novedades, gente por conocer, momentos agradables entre amigos, y se anuncia trasladar la Librería-Café El Techo de la Ballena a los espacios de la Feria, lo cual será una agradable curiosidad.

Los poetas harán su romería, los cuentacuentos definirán nuevas historias, la danza y la música pondrán su parte y en ese espacio cálido nos reencontraremos en términos fraternos con nuestros semejantes.

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sábado, 25 de julio de 2015

Feria del Libro de Caracas: escritores conversaron sobre el libro, la lectura y la escritura. +Videos

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Este viernes, en el marco de la VI Feria del Libro de Caracas, la cual arrancó con todo en los espacios del Parque Los Caobos y la Plaza de los Museos, 8 escritores de amplia trayectoria se reunieron en la sala César Rengifo para conversar en torno al tema de la lectura y la escritura.

La actividad, contó con la presencia de los escritores Gilberto Merchán, José Jesús Villa Pelayo, Lourdes Manrique, Gerónimo Pérez Rescaniere, Eloy Reverón, Rocío Navarro, Alejandra Segovia y Ximena Benítez. Asimismo, el conversatorio fue moderado por la investigadora y promotora cultural Ángela Rizzo, en un espacio creado y recreado por los amigos y colaboradores de la revista Altagracia, de la Biblioteca Nacional.

El conversatorio, además contó con la participación de un nutrido público mañanero que por más de hora y media aprovechó el cónclave literario para acercarse al mundo mágico de los libros, la lectura y la escritura. Porque, como bien lo dice Cristal Colmenares del diario Ciudad Ccs, lo que se inauguró ayer en ese punto de la ciudad, constituye un “mundo mágico y natural donde la población infantil y adulta puede reír, pintar, cantar, bailar y leer”.

Durante el intercambio de experiencias, tanto el público asistente como los propios escritores, pudieron constatar tanto la diversidad de las obras comentadas como la fuerte tendencia hacia la hibridez o fusión de los distintos géneros literarios, los cuales abarcaron desde la crónica, la narrativa, hasta el ensayo histórico y la poesía. En el aniversario 232 del nacimiento del Libertador, y en la víspera del aniversario de su cuna, Caracas, esta degeneración en lo híbrido recordó las palabras de Bolívar, cuando en una lúcida reflexión sobre nuestra identidad, sentenció que no éramos ni gringos ni europeos, sino un “compuesto” de África y América.

El encuentro, finalizó con un recital de poesía en honor al escritor y poeta J.J. Villa Pelayo, quien se hizo merecedor del Premio Nacional de Literatura Stefanía Mosca 2015, mención poesía. A los poemas recitados por Alejandra Segovia, Ximena Benítez y Rocío Navarro, siguió un solo de flauta de esta última, el cual sirvió como cierre del evento y para atraer a más lectores hacia el mágico mundo de las letras.

La invitación es para que la gente de Caracas y del resto del país ―y de otras tierras― que este de paso por el Valle, se llegue hasta los espacios de la Plaza de los Museos, donde serán recibidos por 90 estands, 112 editoriales y toda una variedad de actividades para todas las edades y gustos, en una nueva fiesta cultural dedicada esta vez a la venezolanidad y que propone, “leer al país”.


Por Amaury González V.
Videos: Eloy Reverón
Foto: Ciudad Ccs

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viernes, 17 de julio de 2015

Escritores rememoraron su encuentro con el libro y la lectura en la Biblioteca Nacional. +Fotos

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17 Jul. Ágora Cultural.- Este jueves, la sala Hugo Chávez de la Biblioteca Nacional fue el escenario donde tres escritores de dilatada trayectoria compartieron sus experiencias con los libros y la lectura, y la posterior aventura de convertirse en escritores.

En esta oportunidad, el conversatorio coincidió con el 182º aniversario de la Biblioteca, el recinto depositario de memoria más importante de la ciudad, y contó con la participación de las escritoras (es) Rocío Navarro, José Jesús Villa Pelayo y Rosa Elena Pérez Mendoza.

La actividad contó con la moderación de la investigadora y promotora de lectura Ángela Rizzo, quien dio inicio a la actividad recordando que los conversatorios con escritores en torno a la lectura comenzaron el pasado mes de abril, a propósito del Día del libro y del idioma y en el marco de la exposición Joyas de la Biblioteca Nacional.

“¿Así como vamos al cine y nos quedamos dos horas viendo una película que no nos deja nada, por qué no ir a escuchar libros, la lectura pública de un libro?”, planteó la poeta Rocío Navarro al inicio de su intervención, en la cual rememoró las primeras lecturas de la infancia que la abrieron al universo literario, entre las cuales se contaron textos de Joshep Conrad, los cuentos de Oscar Wilde en dibujos animados que transmitió alguna vez VTV y El principito, entre otros.

Para Navarro, la curiosidad es importante, lo que te atrae de la vida. Ese camino la  llevaría a interesarse por la mitología griega y, poco a poco, a incursionar en la escritura. “Yo estoy de acuerdo con lo que dice mi amiga Ximena Benítez: uno escribe por necesidad, angustia, fibrilación mental…”, señaló. Asimismo, la autora de Aljibe y Puertas abiertas, quien además hace parte de un grupo literario que trabaja con las comunidades, manifestó su interés por definir estrategias creativas para la promoción del libro y la lectura.

Por su parte, el poeta, escritor y productor radial, José Jesús Villa Pelayo, recordó que los autores que se leían en su hogar eran de lengua anglosajona, y que estos se conjugaron con obras como Las mil y una noches, produciéndose así un acercamiento entre Oriente y Occidente. Planteando la idea de que somos criollos universales, Villa Pelayo señaló que “un escritor siempre tiene sus fuentes en la mente, el alma y el espíritu, y son esos escritores que hemos leído a lo largo de la vida”.

“Es magia lo que se hace cuando se escribe”

El productor del programa “Los enigmas del poder” (RNV), evocó una infancia catalizada por el lenguaje político, dado que su madre trabajó muchos años en el extinto Congreso, y su padre solía traer libros de la antigua URSS. Villa Pelayo, aseguró haber conocido a todos los presidentes de la República y haber crecido en un mundo medieval, entiéndase sin separación entre Fe y la filosofía. Es por todo esto, que sus lecturas incluyeron desde el principio a Andrés Eloy Blanco, la Biblia y el Manifiesto comunista.

Vino el turno de la Escritora, editora y profesora Rosa Elena Pérez Mendoza, quien inició su intervención relatando como su padre sufrió la persecución política de Raúl Leoni, situación que lo llevaría al exilio forzado en Chile, país desde el cual empezaría un intercambio epistolar con su madre. La escritora pudo conocer estas palabras y de inmediato la precipitarían al mundo de las letras. “Mi vida como escritora fue marcada por esa impronta”, dijo.

Respecto a su inicios con la lectura, Pérez rememoró su encuentro con El principito, Miguel Strogoff y Mafalda. Durante ese camino, iniciaría una relación con los diarios, relatos que le permitieron viajar espiritualmente. “También estaban las enciclopedias y la palabra escrita en la familia”, agregó. La también cronista, recordó la lectura de una tarjeta en la cual se le explicaba por qué llevaba su nombre, el cual era el mismo de su madre, quien fuera militante comunista. “Existe una carga genética que nos impele hacia la literatura”, destacó.

Seguidamente, los escritores realizaron las lecturas de algunos pasajes de sus obras, las cuales incluyeron la poesía de Navarro, las divertidas crónicas de Pérez y el poema “frágiles dedos”, recitado de memoria por Villa Pelayo.

Por momentos, y a partir de una reflexión hecha por el historiador Eloy Reverón acerca de la crónica como “género degenerado”, la historia y la obra de Enrique Bernardo Núñez, si dio un intercambio prometedor sobre lo que se llamó “Transliteratura” o “Literatura transmoderna”.

Estos conversatorios sobre el libro y la lectura se iniciaron el pasado mes de abril, y han contado con la participación de escritores como Laura de Rocca, Gerónimo Pérez Rescaniere, Libeslay Bermúdez y Gilberto Merchán.




Texo y fotos: Amaury González V.

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lunes, 13 de julio de 2015

Miguel Jaimes: Fanega

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La Mucuy / A Serbio Tulio Soto

            Los comerciantes de 1940 eran hombres muy creativos. Posiblemente el más destacado de ellos fue Evaristo. Hombre muy calmoso, bajito, casi chaparrito. Llegaba al único negocio de La Mucuy a conversar y aconsejar antes que a ofrecer los productos de sus ventas.

            Prometía envases de latas y cacerolas de hierros fundidos, sostenidos por bastiones de maderas durísimas que ni con el fuego eran capaces de consumirse, pues él decía que habían sido cortadas en el viernes de menguante mensual y no en el semanal. 

            Una vez, muy preocupado, observaba al dueño de aquel único abasto utilizando un pequeño peso para echar harinas de maíz blanco y amarillo, llenando unos inmensos fardos, inmediatamente recordó cuando a bordo de un vapor trabajó en los sótanos del almacén, acomodando maletas y costales de harinas. Eran los días fuertes y muchos morían en medio de aquellos años, nada valía la vida y solo pocos decidieron apostar por ella.

            Allí salvó su existencia porque aprendió a mover pesados fardos y un viejo húngaro que hacía su último viaje le enseñó que aquellos bultos debía llenarlos en dos sacos hasta que ambos pesaran cincuenta kilos, inundados de maíz. Esas eran las fanegas.

            Por eso al ver a aquel viejo hacer lo mismo pero en su bodega, quiso regalarle la idea copiada en el vapor que salvó su vida. Esas valijas serían vendidas en los momentos de 1940 en apenas diez bolívares.

            Una mañana de un sol flotante fue a visitarlos nuevamente, como casi ya era costumbre. Esta vez no fue a venderles nada, solo les dijo: “Vengo a regalarles también mi nombre el cual perteneció a un sabio y sirvió para el florecimiento de la economía en el hogar", así lo dijo su Mamá días antes de colocarlo por última vez en aquel vapor para poderlo conservar con vida y nunca mas volvió a verla. Esa medida acabó con la hambruna de muchos, cuando solo unos se atrevieron a confeccionar la guerra.

            Deben recordar que la fanega es el motivo profético de un peso que desapareció y con ella el hambre, y que su suma da dos números maravillosos, los 50, después de aquellos 1940, vendidos en apenas 10 bolívares.

Dr. Miguel A. Jaimes N.

www.geopoliticapetrolera.com.ve

lamucuyandina@gmail.com

@migueljaimes2 / Skipe: migueljaimes70

* Premio Mejor Columnista Diario Frontera Mérida 2011

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viernes, 10 de julio de 2015

Reinaugurada la biblioteca pública Parque Central

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La comunidad de San Agustín podrá disfrutar de estos espacios recuperados del abandono  gracias al trabajo de la Biblioteca Nacional

Este martes fue reinaugurada la biblioteca pública Parque Central, situada en la mezzanina de la torre San Martín del Parque Central, de la parroquia San Agustín. La rehabilitación de este espacio obedece al cumplimiento del Plan de Acción de Recuperación de la Infraestructura y Áreas Comunes del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas y La Red de Bibliotecas Públicas.

La BP Parque Central, institución con más de treinta años de servicio, fue cerrada debido a una serie de problemas estructurales del edificio que afectaron la infraestructura de la biblioteca.

En la reinauguración estuvo presente Reinaldo Iturriza, ministro del Poder Popular para la Cultura; Sady Loiza, director de la Biblioteca Nacional; y Miriam Plaza, directora de la BP Parque Central, acompañados por voceros de los Consejos Comunales de la parroquia y vecinos de la comunidad de San Agustín.
La actividad contó con la presencia del niño Diego González quien, a través de su violín, interpretó las notas del Himno Nacional; la orquesta Alma Llanera del núcleo San Agustín, bajo la dirección de Paúl leal, también estuvo presente, además de los alumnos de la unidad Educativa Nacional Bolivariana quienes deleitaron con sus canciones.

Reinaldo Iturriza manifestó: “Es una satisfacción muy grata inaugurar y reinaugurar una biblioteca, y mucho más si está ubicada en la parroquia donde uno vive. Hace aproximadamente tres meses nos percatamos de su cierre, y nos comprometimos a recuperar este espacio. Doy las gracias a todo el personal obrero y a las personas del Consejo Comunal que han hecho posible la recuperación pronta de estos espacios”.
El ministro Iturriza añadió: “Hay 780 bibliotecas públicas en todo el país. En Caracas tenemos 46 y hemos logrado reinaugurar tres y abrimos una nueva en el 23 de Enero. Estamos próximos a reabrir cuatro bibliotecas más”.

Sady Loiza, director de la Biblioteca Nacional, manifestó: “Reinauguramos esta biblioteca como un logro más que nos hemos propuesto ofrecer para la paz y la vida,  además de ese llamado recurrente que hace nuestro presidente Nicolás Maduro de que fomentemos el pensamiento crítico, y este espacio definitivamente es para esto”.

Miriam Plaza expresó: “Una biblioteca abierta es un sueño de un niño, es salvar o rescatar un adolescente de la droga y del ocio, es intercambiar saberes con los adultos e incentivarlo a  investigar. Por eso tenemos hoy la satisfacción de poder abrir esta biblioteca,  gracias a la buena voluntad política del ministro, a la  directiva de la Biblioteca Nacional, al equipo de mantenimiento y, por supuesto, a la comunidad.

La actividad culminó con la presentación de bailes por parte de los abuelos pertenecientes al INAS de la parroquia San Agustín y con la participación del poeta Gabriel Saldivia quien recitó poemas de su autoría.

Tania Oropeza / Foto: Ronald Montaño/ Prensa IABN

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jueves, 2 de julio de 2015

"Populismo y Psicoanálisis", de Nora Merlin: un aporte para un debate indispensable

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Por Modesto Emilio Guerrero

Un aporte sobre el debatido tema del POPULISMO desde un abordaje psicoanalítico basado en los conceptos de Ernesto Laclau, es lo que ofrece la autora Nora Merlin en este texto editado en Buenos Aires la semana pasada.

Es un libro que se inscribe en las controversias latinoamericanas actuales, no es una abstracción inútil; en buena medida por culpa de la derecha continental y las publicaciones del imperialismo. Ellos implantaron la definición populista para cualquier gobierno, presidente, medida, líder o discurso aparecido en los 15 años últimos en América latina.

Cometieron la torpeza de reducir una experiencia social extraordinaria, variada, compleja y creativa en términos de política, surgimiento de líderes, ideas, movimientos sociales y cultura política autoidentitaria, a un solo término: populismo, como el cuento aquel de que todos los gatos son pardos porque andan por los tejados a la sombra de la noche.

Para el Departamento de Estado, los gobiernos de la UE y sus socios locales, es insoportable (en términos absolutos) la existencia de tipos de gobierno que se atrevieron a cuestionar algo (mucho en algunos lados, poco en otros) del control imperial sobre nuestras sociedades, sus recursos y sus Estados. En algunos casos, por el simple acto soberano de decidir sin consultarles, cambios limitados en las políticas sociales y el uso de los presupuetos nacionales, una conducta contraria a la practicada durante la década más neoliberal del continente.

Todo lo reducen a la expresión populista, pero convertida en anatema, no un concepto, como sin con ella se pudieran explicar fenómenos tan complejos y variados.
Peor aún, con la ignorancia teórica propia del pensamiento burgués contemporáneo, olvidan un detalle básico del populismo en la historia social: no existen instituciones populistas estables. No hay registro de ellas.

En ese punto, Nora Merlin en su libro, siguiendo a Laclau en los suyos, aportan comprensión al concepto desde la óptica lacaniana y sassuriana.

Como sabemos por cualquier estudio histórico serio y el registro de la vida social (en la historia registrada fuera de la imaginación de los autores),  el populismo es una actitud política.

El intelectual canario Rafael Morales Caballero, un aguerrido anti franquista hasta su muerte hace poco, define que,  "El término populista  no define regímenes ni gobiernos, sino un determinado tipo de medidas ("Lógica de equivalencia de la demanda" sugieren Merlin y Laclau) dedicadas a obtener apoyo en la sociedad, una manera de actuar de cualquier régimen y de cualquier gobierno" (Razones para la Esperanza. Ideas para la unidad socialista en Améria latina, Viento Sur, España 2010).

Es tan insoportable para nuestros enemigos, lo que apareció en América latina, que parten del supuesto falso de que bata una palabra-concepto para derrotarnos o condenarnos.

Lo que muestra Merlin en "Populismo y Psicoanálisis", su ópera prima, es que, al contrario, la definición populista adquiere una "nueva dignidad", señala, basada en su apoyatura social de "pueblo", superador de "la masa", constatando un dato sociológico básico de las revoluciones o procesos rebeldes en la época del imperialismo y su daño sobre la estrutura social: la plebeyización estructural de la clase obrera histórica.

En esa medida, el aporte específico de "Populismo y Psicoanálisis", se inscribe en lo más vivo de las polémica actuales en por lo menos seis países: Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Nicaragua.

Pero como el pensamiento burgués es insaciable en su vacuidad y pragmatismo, ya comenzaron a estigmatizar como "populismo", también al gobierno europeo primermundista de Grecia, y a Podemos, el ascendente movimiento de indignados en España. En Estados Unidos, el Partido Republicano y el Tea Party definio igual al pobre Obama, cuando propuso un sistema de seguridad universal.

En medio de sus paranoias y miedos inconfesos, no advierten que están confesando, de la misma manera que hacen los idiotas, que la definición  populista no le cabe a ninguna institución o líder por el solo hecho de ser de izquierda o centro izquierda, sino por el simple acto de tomar determinadas medidas populares correctas, en determinadas situaciones concretas, por ejemplo la de Tsipras en Grecia para darle de comer a los nuevos pobres del primer mundo. O las de Uribe y Santos desde hace 12 años, para legitimar sus instituciones represoras.

Por otras razones y al servicio de objetivos distintos en cada caso por separado, los nuevos "gobiernos populistas" de América latina, pueden ser mejor comprendidos desde el cruce disciplinario de política y psicoanálisis que aporta Nora Merlin en su libro.

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