Llegó la adolescencia para Juancho y con ella, muchas preguntas. Cerca de la Cota Mil el clima es perfecto, frente al imponente Guaraira purificador del aire. Una tarde patinetera, al final de la vereda, quiso preguntarle a María de la esquina, por qué Caracas. La vieja sonrió, y con la mirada aguarapada y guerrera de india, le dijo al muchacho que esa palabra era grande, que significaba rechazo a la espada extranjera, sucursal del Edén y paraíso asediado, tierra rica acosada por serpientes. Él la miró con desconcierto y ella soltó: lee la historia y aprende a caminar.
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